domingo, 21 de febrero de 2016

El Amor Romántico como utopía emocional de la posmodernidad

Tengo un amigo, de Cabo, que no cree en las relaciones monogámicas. Un amigo que aprueba el libre albedrío de cada pareja, que prefiere que todos estemos viéndonos con varias personas a la vez que con una sola. 

Y lo que voy a escribir a continuación es una afirmación del sujeto, en donde yo considero que tal vez sí tenga que ver el sentido común y la forma en la que la sociedad nos ha hecho pensar que una relación de dos personas es lo habitual, mientras de uno ya estamos corrompiendo algo. 

Las parejas actuales sí tienen enamoramientos fugaces, tienen enamoramientos de un día para otro, encuentros de solo una noche y amores que duran apenas lo que se tarda un aguacate en madurar.  Pero este procedimiento de enamorarse hoy en día no nos debe asustar. No tenemos que ponerle una etiqueta a lo que nosotros, los posmodernos, sentimos. No lo creo. Lo que sucede es lo siguiente:

En este momento, el presente y el futuro de todos nosotros (jóvenes), vuela. No caminamos junto con la vida, tampoco corremos con ella. Lo que hacemos en volar. Hay tantas cosas que explorar, que hacer, que sentir, que oler, que gozar, que gritar, que visitar... en fin. 

Nos queremos comer al mundo desde que nos despertamos a hacernos el licuado de proteínas hasta que nos dormimos con los smarthphones a un lado de nosotros. Existen tantas actividades que realizar, que muchas veces nos olvidamos de esperar un poco y respirar. 

La escritora toca el tema de "egocentrismo y egoísmo" Sí, lo somos. Porque queremos experimentar todo para nosotros solos. Crecer y descubrir los placeres que la vida tiene sin que nada ni nadie se interponga en el camino. La seguridad y libertad que poseemos es de temer. Pero también, podemos usar todas esas herramientas de autonomía para surgir con algo más grande que irnos a un bar y pasar la noche con alguien. 

El vivir con las expectativas, como lo sugiere la autora, es vivir con el desencanto. No creo que pueda escribir alguna forma de sobrellevar esto. No sé si pueda decir que yo he quitado las expectativas de la mesa, que mi egocentrismo ha descendido, que no me he aburrido fácilmente. Todavía sigo aprendiendo día a día, a jugar con todas estas emociones que muchas veces nos dominan. 

Te vas a decepcionar y te vas a sentir solo y abandonado. O vas a querer salir del esquema, del sentido común y hacer lo que tú quieras. Una relación con muchos, una relación con muchas. Yo creo, personalmente, que aquí estamos mal. Y no es porque el sentido común me lo haya hecho ver, sino porque, si apenas podemos con las emociones y sentimientos que nosotros sentimos, si apenas podemos estar con otra persona, ¿para que llenar el vaso de agua hasta el tope con más individuos?  


El tema del amor es tan delicado, que le tenemos que tener miedo y respeto. No estoy de acuerdo con en que tengamos que seguir el cuento de la princesa, buscar al hombre perfecto, no existe eso. Encontrar a la persona que te haga reír, que no te maltrate (verbal, físicamente) que demuestre que le interesas y que te respeta, pero sobretodo, que en sus ojos veas que hay amor para ti. Si después te aburres, o quieres buscar otra cosa, lo haces. Sin creer que estás dejando al que creías era tu "otra naranja". Estás dejando a una persona que marcó tu vida, que creciste con ella pero que tal vez sea tiempo de probar con otra.

1 comentario:

  1. ¿"Tenemos que..."? ¿En qué fundamentamos eso que sería mejor hacer o no hacer? Justo las lecturas tratan de dar argumentos basados en reflexiones que sobrepasan el "deber por el deber". Nuestra sociedad sigue basando en buena medida su funcionamiento en las relaciones monogámicas, heterosexuales y parentales, la autora trae a la discusión los problemas que trae esa forma de organización y habla de alternativas, falta discutir directamente con esos problemas.

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