domingo, 27 de marzo de 2016

Edad Media, el color rojo y lo que significa el objeto para Fernández

¿Cómo percibimos la realidad? El texto de Fernández Christlieb empieza con un pequeño análisis sobre el modo en el que una persona experimenta la realidad en la que vive. Habla de la Edad Media y cómo era una época en dónde se creía que solo existía el color rojo.

Lo que explica, para comenzar, es que antes en la Edad Media se estipulaba que los colores provenían de los sentimientos. 
Después, con el paso de las décadas se inventaron artefactos capaces de asociar los diferentes colores que existen, dejando al rojo, ya no tan solitario como antes se percibía. Estos artefactos sustituyeron a los sentimientos por datos precisos y concisos.


El color rojo tenía una fuerte influencia ya que solo las personas poderosas y con rangos altos de posición social, vestían de él. Tenía presencia en el nombre de los obispos y cardenales, la sangre y el atardecer, el vino. En sí era un fenómeno social al que en la Edad Media estaban acostumbrados: a que el rojo fuera parte de sus vidas.

En un punto de la lectura, el color rojo deja de ser importante para Fernández y pasa al tema de cómo los objetos eran algo que oponía resistencia. (No entendí muy bien en qué momento el autor hace un brinco de un tema a otro y cómo se relacionan entre los dos)

Sentir al objeto significaba aludir que algo estaba pasando por ahí, porque en ese instante te percatabas y percibías al objeto, cerca de ti. Pero si faltaban objetos, no había nada que sentir, por lo que no podía haber percepciones y sensaciones.

En la Edad Media casi no había objetos y por eso, cada cosa con la que se cruzaban en el camino era sagrada o mágica.

Por otra parte, el autor maneja un concepto que se adhiere al significado del objeto. El frenesí es el modo de la mente, estado de la psique en que los objetos pasan a formar parte del sujeto porque adhieren sus cualidades y viceversa. 

Puede que hoy en día sea algo que se haya olvidado, pero el Fernández asegura que el frenesí todavía sigue de pie. Un momento del estado de la mente del ser humano en donde el frenesí se disuelve en los objetos y por eso no pueden ser percibidos, se suspenden las sensaciones y uno desaparece. Ahí no existe nada ni nadie.

El objeto más representativo de la Edad Media, es el cofre.

Antes no existía la separación entre el sujeto ni el objeto. Ambos términos carecían de sentido y a este estado mental fue lo que se le denominó como frenesís. 

Un término que se le designa a la conjunción  e indistinción entre algo o alguien. Entre mayor fueron creciendo los objetos la frenesís se dividió en dos partes. 
La primera la realidad de los objetos que se le dio el nombre de percepción y la otra, la realidad de la gente que se tuvo por nombre: sensación.

Fernández puntualiza que la percepción aniquila a la sensación al convertirla en un objeto más de percepción con lo cual las personas se distancian incluso de ella misma.


1 comentario:

  1. Me parece que en tu propia entrada se explica el brinco que hace Fdez. Christlieb del color a los objetos: nuestra percepción se transforma también a medida que se transforman (cambian, aparecen, desaparecen, se multiplican)los objetos que conforman la cultura que hay a nuestro alrededor.

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